Creí que el miedo se quedaría allí, como roca en mi pared, para recordarme más siempre que nunca, a un barco encallado, una marea subida, un naufragio.
Sé que quiso clavarse en ese corazón que tengo raro, que se pegotea en la piel de adentro para no caerse.
¿Cuánto tiempo?
No tengo tiempos, ni cuantos. Sólo miedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario