Para Luciana
Un milagro no se explica
Un fenómeno que contiene magia, es un prodigio
I
Ese día hacia calor. Yo estaba escribiendo, perdida en la vorágine del mediodía
Cuando me llamaste para avisarme
que tenias una sorpresa para su cumpleaños
El misterio no resistió más que
segundos, los necesarios para develar tu
existencia, para estallar en felicidad
Y te vi en blanco y negro,
pequeña, acurrucada, tan clara pero secreta
Irrumpiendo con tus destellos en
escala de grises de cuatro semanas
II
La incredulidad nos aprisiona en algún
momento y juega con la fantasía
Afortunadamente esa sonrisa fue creciendo y se hizo más real,
más nítida
Esa noche fui a verte y me perdí.
Vos me encontraste
Acariciarte fue el principio del
encantamiento, sentirte me llenó de lágrimas invisibles
Trémula y palpitante mi torpeza garabateó
ternuras que mi mano guiaba
III
Llegaste con la calma del otoño, en el sosiego de las hojas
doradas
En la vieja casa de grandes
ventanales y flores en las escaleras
El grito y dolores milenarios
cercaron en paredes
En la apacible morada de
ladrillos anaranjados con Wei y Sama en los
muebles
La luz asomó y se hizo cuerpo, voz,
latidos, ojos, dulzura

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