lunes, 30 de julio de 2012

Caer

Y un día nos unió la muerte. A vos porque estabas triste, a mí porque quedé perpleja ante la vida.
Y si el cielo supiera que llueve porque sí y no por caerse en lágrimas, seríamos testigos de que dios no existe.
Pero los cielos no saben, los días son tristes, la muerte es brillante y a dios lo inventamos los paganos cada vez que lo nombramos para negarlo.
Así, sin bronca, me resulta fácil caer. Sin un respiro, ni grito, ni enojo.
Me caigo como si cayera lejos para que no me veas caer. Como si cayera tarde. Como si caer fuera la única opción.
Porque cae el mundo.
Porque cae la lluvia.
Porque tu voz cae frente a mis ojos perplejos ante la vida.

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